Restaurante Josefina La Comida de Siempre en Santa Marta

Comida samaria, comida de siempre, la tradición hecha un verdadero placer. La paciencia todo lo convierte en una obra de arte y aquí los platillos, cocinados lentamente como lo dicen sus artífices, son precisamente eso. Josefina es un verdadero tributo a la cocina de los abuelos, donde la nostalgia no se hace esperar, y cada olor y sabor, si eres de la vieja escuela, te llevarán a esos mágicos momentos de la infancia justo cuando te llamaban para la hora del almuerzo.
Josefina prende los fogones en un recinto muy shabby chic, dicho de otro modo, el interior es muy parecido a aquellas casas de campo de la campiña británica donde predominan tonalidades blancas y pasteles, incorporando elementos viejos y modernos al decorado, además de la sabia reutilización y restauración del mobiliario (el salón de eventos de Josefina, es el perfecto ejemplo de lo anteriormente descrito).

Estas singulares características nos van dando una idea de qué va la cosa en la cocina de este imperdible restaurante samario: un homenaje al pasado, que incluso se percibe en el atuendo de las muy hacendosas mujeres que se encargan de la fabulosa alquimia de la cocina. Su filosofía culinaria, que va al rescate del recetario olvidado samario, nos ofrece otro tanto.

Y hablando de ello. Las tentaciones de su carta son elaboradas con solo productos frescos, bien sean los frutos recién sacados de la huerta o bajados de los árboles frutales de la zona; la pesca es la del día y las carnes de lo mejor de estas tierras. Para refrendar lo anterior basta con sentarse frente a un buen plato de sancocho cocido a la mejor usanza costeña. Te seguimos el hilo de tus pensamientos: pinta muy bien, donde Josefina, un almuerzo familiar que deje a todos contentos y satisfechos.

Pero si quieres más, aquí te van estas otras cosas sabrosas: posta, costillas al horno, arroz de cerdo, arroz con camarones, arroz a la cubana, arroz apastelado de cerdo; también suenan pintorescos nombres como el salpicón de bonito, ropa vieja, caldereta de camarón, pastel de yuca, frijoles con patitas de cerdo… ¡Ah! y con toda frescura te puedes pedir una taza de agua de panela con limón, ¿no lo dijimos ya? En Josefina estás como en tu casa.