Hay una bahía como las que se ven en esos sueños… en esta bahía, recortados contra un firmamento de insondable azul, las líneas de montes costeros ondulan en suave descenso desde la serranía; cocoteros dejan escapar murmullos cuando el viento los agita con cariño; y a sus pies se halla una playa de arenas finas y suaves, mojadas éstas por aguas cálidas que parecen tener la tersidad del mármol o la seda. Una asombrosa tranquilidad completa el idilio.

Pero hay sueños lúcidos, como bien sabes, y Bahía Concha, quizás la bahía más bella del parque Tayrona, es uno de ellos. Por qué suspirar más con el paraíso, donde las estrellas de mar se encuentran a montones en compañía de peces coloridos y danzantes, para corroborarlo solo basta echarles un vistazo a través de esa lamina de cristal que es el mar… Aunque claro, con semejante belleza cualquiera quiere darse el chapuzón de su vida. No hay tiempo que perder entonces

Hay una bahía como las que se ven en esos sueños… en esta bahía, recortados contra un firmamento de insondable azul, las líneas de montes costeros ondulan en suave descenso desde la serranía; cocoteros dejan escapar murmullos cuando el viento los agita con cariño; y a sus pies se halla una playa de arenas finas y suaves, mojadas éstas por aguas cálidas que parecen tener la tersidad del mármol o la seda. Una asombrosa tranquilidad completa el idilio.

Pero hay sueños lúcidos, como bien sabes, y Bahía Concha, quizás la bahía más bella del parque Tayrona, es uno de ellos. Por qué suspirar más con el paraíso, donde las estrellas de mar se encuentran a montones en compañía de peces coloridos y danzantes, para corroborarlo solo basta echarles un vistazo a través de esa lamina de cristal que es el mar… Aunque claro, con semejante belleza cualquiera quiere darse el chapuzón de su vida. No hay tiempo que perder entonces