Siguiendo en este recorrido por el Tayrona que nos depara tan animadas sorpresas entre aventuras, tranquilidad y motivantes cuadros naturales que nos abisman en profundas reflexiones, nos acercamos hacia Playa Cañaveral, sitio de gran interés y de paso obligado.
Y es que no es para menos, nos encontramos frente a una de las playas más hermosas del Parque Tayrona, los ojos afortunados que presencian su majestad, bien pueden dar fe de ello. La arena se fuga en amplia margen de la zona selvática para luego ser atrapada por las ondulaciones de las olas, que rompen con grandes asaltos contra rocas y costa por igual.

De estas impresionantes rocas, unas encimas de las otras, apreciaremos muchas de ellas festoneadas por verdes plantas que extienden sus dominios desde las estribaciones de la sierra; otras sencillamente dan la impresión de que la fuerza del mar, en una era antiquísima, las hubiera arrojado hacia el litoral. ¿El motivo? Queda apacentándose en tu imaginación.

Para acceder al sector de Playa Cañaveral puedes hacerlo por las entradas del Calabazo o El Zaíno, dependiendo de tu elección podrás visitar otros destacados atractivos del Tayrona. En cualquier caso este es un viaje que nunca acaba, con sorpresas en cada tramo. Desde Cañaveral, a pie o a lomo de un gentil caballo, puedes acercarte a otros grandiosos puntos de interés como lo son la playa Arrecifes (espectacular para los campistas), Cabo San Juan del Guía (descanso y relajación muy cerca de aguas hermosas y tranquilas), el Museo Chayrama (fuente de conocimiento ancestral) y el sendero de Las 9 Piedras (excelente elección para los entusiastas del trekking).

Una vez te encuentres en Arrecifes recuerda esto: no cedas a la tentación de entrar al agua, en honor a la verdad, los embates de las olas hacen de esta una playa de riesgo. Pero no hay lío por este detalle, muy cerca puedes encontrar a la Piscinita, el lugar ideal para desfogar esas ansias de mar. No obstante, cede a otra tentación: los eco-habs están allí al pie de la playa, como un llamado místico para quedarse a pasar la noche… la cereza del pastel de un viaje realmente fascinante y como ninguno.

Resulta ser que los eco-habs son bungalows que pueden albergar hasta 4 personas, construidos éstos con elementos enteramente ecológicos que nos recuerdan las antiguas viviendas de los taironas. En estos hechizantes albergues solo se respira tranquilidad y una privacidad que parece diseñada para los más privilegiados. Desde luego que esa calidad natural no se olvida del confort y la belleza. La panorámica es un contraste asombroso: selva cargada de colores y murmullos y un espléndido océano que se extiende hacia una costa colmada de delicada arena dorada… qué tal despertar con la música de la selva y el mar en conjunto.