Para mayor disfrute, en el Paseo Bastidas se pueden encontrar algunos puestos de venta de dulces típicos (especialmente aquellas delicias basadas en coco y frutas del trópico), y tentadores aperitivos, al igual que refrescos, ingeniosas artesanías y la música alegre de solistas y bandas que desean agenciarse unas cuantas monedas mientras deleitan con sus ritmos afro caribes.

Sobra decir que en el Paseo de Bastidas se puede registrar una de las vistas más hermosas de una de las bahías más lindas de América: así que prepara muy bien tu cámara (y tus ojos, desde luego) para que enfoques las diferentes embarcaciones ocupadas en sus labores, avistes la peculiar formación de El Morro, o empieces a dejarte seducir por la tentación de las doradas playas pintadas al frente, entre altas palmeras de amplia sombra y un mar para los amantes de los colores más extraordinarios.

Y si lo que quieres es un cuadro de calidad aún más preciosista, te invitamos a acercarte al Paso Bastidas cuando el arco de la bóveda celeste se empieza a colorear con los matices de la caída de la tarde, justo en ese momento se amalgaman los azules y los naranjas, bañando con su fulgor todos los ámbitos, el paseo cobra entonces dimensiones artísticas indescriptibles.

Por último, en algún punto indeterminado de este largo paseo cargado de experiencias y nuevas sensaciones, casi cinco siglos atrás, tuvo ocasión el desembarco de los españoles que fundarían una de las ciudades más importantes de toda América. Así que no te aguarda una caminata cualquiera, por lo cual también es lícito dejar volar la imaginación y reavivar ese panorama histórico para mayor disfrute.