Ahora mismo, en Cabo San Juan, funciona un centro ecoturístico colmado de chinchorros (hamacas) en un kiosco muy especial que se levanta en lo que se asemeja a una península en miniatura, ofreciendo una inigualable panorámica de 360 grados: una visión realmente encantadora para apreciar la infinita belleza del bosque húmedo tropical, las costas doradas, las gigantescas rocas apiñadas, y el flujo constante de un mar tocado por inspiración divina.

En resumidas cuentas, esta belleza sin parangón estimula el despertar de los sentidos y el encuentro consigo mismo. Ocasión por demás especial para hacer un diálogo con tu espíritu en compañía de la música y las formas de la naturaleza que en el Cabo San Juan del Guía son la máxima expresión de la tranquilidad y la belleza.

Nuestra recomendación para una mejor experiencia de relajación, comodidad y descanso es que tengas buen acopio de bloqueador solar, comida enlatada, agua embotellada y que seas muy, pero muy sociable porque la playa y sus alrededores son bastante frecuentados por nacionales, mochileros y personas de todos los rincones del mundo (muy animados en visitar el cabo lo son los argentinos, brasileños y estadounidenses), de manera que en temporada alta siempre tendrás mucho de qué hablar con personas de las culturas más insospechadas

¿Necesitas un poco más? Para los más atrevidos les contamos que más adelante del Cabo San Juan se encuentra una playa nudista, pregunta sin pena y rubor, te darán las indicaciones de cómo llegar… ¿Te atreves?